Tras recibir el libro “Un pedacito de cielo”, de la escritora Nat Neumann y sacarlo de su envoltorio, ya sentí algo especial, una conexión que sinceramente me hacía sentir bien, quizá fue por los colores cálidos que envuelven sus tapas.
Es un libro compuesto por capítulos cortos y muy fáciles de leer. Una vez comienzas con la lectura, todo se vuelve vertiginoso, tal es el enganche que produce, que pasas capítulo tras capítulo, leyendo más y más, perdiendo la noción del tiempo.
No me gusta hablar del argumento de los libros que leo, porque no quiero hacer ningún spoiler. Sí diré, aunque en la sinopsis ya lo advierte la autora, que es un libro formado por dos historias entretejidas, con cada capítulo y salto de historia, te crea cierta “ansiedad” por saber que sucederá con el paso de las páginas.
El lenguaje utilizado por nuestra escritora, hace que te metas en la historia con muchísima facilidad, debido a esto crece un sentimiento dentro de ti, que bien parece que la historia te estuviera sucediendo a ti mismo.
Sin duda, recomendaría la lectura de esta novela 100%, ya que no dejará indiferente ni defraudará a ningún lector.
Ficha técnica de «Un pedacito de cielo» de Nat Neumann
- Editorial : Grupo Editorial Círculo Rojo SL; N.º 1 edición (26 mayo 2022)
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 488 páginas
- ISBN-10 : 8411376532
- ISBN-13 : 978-8411376532
- Peso del producto : 640 g
- Dimensiones : 15 x 3.1 x 21 cm
Sinopsis de «Un pedacito de cielo» de Nat Neumann
Un pedacito de cielo. ¿O dos? Dos historias: Una, la narración de un viaje de vuelta a casa para organizar el funeral de la Madre de la que la hija no pudo despedirse, entretejida con la historia del país que la vio nacer, el que antaño en la cuna del progreso hace más de sesenta años emprendió un camino supuestamente prometedor que pronto resultó ser un giro equivocado. El relato es un fiel retrato de la realidad cubana. La otra, experiencias de índole personal de la impresionante vida de la Madre, en un lenguaje lleno de poesía y un estilo directo y empático. Para una un pedacito de cielo como energía y esperanza; para la otra la ilusión de que un día el ahora nublado y gris cielo de los cubanos en la isla sea de un azul intenso.
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