La autora Patrizia Gaell, nos cuenta todo sobre su obra «Ihalma»,y sus proyectos futuros

‘Ihalma’ es tu primera novela llevada a edición. ¿Qué significa para ti este logro y cómo ha sido el proceso de publicación?

Ihalma ha sido un gran reto desde el principio. Durante el tiempo que duró ese proyecto se han tenido que salvar muchos obstáculos, superar muchas pruebas y enfrentarse a muchos temores. Ha sido un camino de aprendizaje y superación personal.  Su publicación no era algo que estuviese previsto desde un principio, pero a veces las cosas ocurren sin más, y ese ha sido el caso. El poder culminar ese gran proyecto con su publicación, ha significado mucho para mí y no solo como su madre y autora, sino como persona. 

Tu novela tiene dos personajes en líneas temporales paralelas. ¿Cómo decidiste estructurar la historia de esta manera y qué desafíos encontraste en la escritura de estas dos narrativas?

El haber estructurado la novela en dos líneas temporales paralelas una a otra, ha sido consecuencia directa de la historia en sí misma. Los acontecimientos y personajes de la primera parte de Ihalma, son los precursores de aquellos personajes que tomarán vida y, por ende, su relevo en la segunda parte.  No ha sido algo complejo el fusionar ambas historias, pues las dos comparten un mismo inicio. Tal vez si haya resultado ser algo más delicado en mantener el equilibrio entre ambas historias. Tengamos presente que son dos vidas diferentes pero que deben transcurrir en el mimo momento en dos planos diferentes, para ello la coordinación de las acciones debía estar perfectamente calculada.  Debíamos tener presente que ciertas situaciones debían producirse en el mismo momento y de igual modo en ambas historias. Podríamos decir que esa fue la complejidad de este modo de estructurar la novela.

Como amante de la lectura, ¿qué autores y libros han dejado una huella significativa en tu vida y en tu forma de escribir?

Fue en clase de literatura de sexto curso cuando escuché pronunciar por primera vez el nombre de Gustavo Adolfo Bécquer. Recuerdo que mi profesora nos leyó la leyenda de Ojos verdes y luego Maese Pérez El Organista. Todavía no puedo explicar hoy con palabras lo que supuso aquel regalo para mí. Desde aquella mañana me declaro «enamorada hasta la trancas» de este genio de la literatura española. Mi admiración la comparten muchos grandes de la literatura universal: Dickens y su Historia de dos ciudades, Byron con su Don Juan, Racine con Freda, Irving y Una historia de Nueva York… pero de todos ellos siento una especial  devoción por Edgar Allan Poe; sobre todo por su poesía. Su obra poética me parece la más exquisita jamás escrita en lengua no española, claro está. 

Has mencionado que estás trabajando en un “Estudio sobre la historia del arte”. ¿Podrías compartir cómo esta investigación influye en tu trabajo literario actual y futuro?

Este proyecto supone para mí  una gran fuente de aprendizaje. Gracias a este trabajo he descubierto genios del arte pictórico, escultórico, literario y musical, por ejemplo. Obras de inefable belleza como pueden ser las obras de Friedrich, si hablamos de pintura; o Polidori, Hoffmann y Schiller, si lo hacemos de literatura. Grandes escultores como Rodin y maestros de la música como Christian Heinrich, han ganado una adepta más de su obra. Todo ello me ha llevado a sentir la necesidad de escribir algunos artículos sobre muchos de ellos o a referenciarles como ejemplo a seguir otros escritos más genérales. También me ha ayudado a conocer las desdichas sufridas por muchos y a comprobar que en ciertos aspectos, el mundo del arte no ha evolucionado tanto como otras cosas con el paso del tiempo. 

Desde tus primeros relatos hasta ‘Ihalma’, ¿cómo has visto evolucionar tu estilo y técnica de escritura?

Existe un gran abismo entre mis primeros escritos e Ihalma, de eso no cabe la menor duda. Sería como comparar la noche y el día. Nada tienen en común salvo el autor que los ha creado. Mucho tiene que ver con la experiencia que se va adquiriendo con el tiempo, los conocimientos y la madurez alcanzada en una edad más adulta. El estilo de una persona, ya sea en el aspecto que sea, va adaptándose con los años que va viviendo y yo no soy una excepción a ello como tampoco lo es mi trabajo.

Nos gustaría conocer tu opinión sobre los grandes clásicos de la literatura. ¿Cuáles consideras imprescindibles y por qué?

Sería una lista muy larga, por no decir interminable la de las obras que considero de lectura imprescindible. No creo disponer del tiempo suficiente en toda una vida para poder leer todas aquellas que me gustaría. Sí puedo mencionar dos o tres que no he señalado anteriormente pero que me han impactado de igual manera. Serían, por poner un ejemplo: La dama de las camelias, de Alexandre Dumas; El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert L. Stevenson y Hamlet, de Shakespeare. Tres obras maravillosas, de estilos y autores totalmente diferentes que recomendaría leer con encarecimiento infinito. 

¿Qué impacto ha tenido la literatura en tu vida personal y profesional, y cómo crees que los libros pueden influir en la sociedad en general?

Goethe publicó en  1779 su obra Die Leiden des Jungen Werthers «Los sufrimientos del joven Wether». Una novela epistolar, cuyo tema principal es el amor frustrado sufrido por su protagonista, lo que lo sume en una profunda depresión que le conduce al suicidio. La publicación de esta obra produjo tal impacto en las generaciones jóvenes, que provocó una epidemia de suicidios adolescentes a lo largo y ancho de toda Alemania a finales del siglo XVIII. 

Existen obras literarias que logran alcanzar tanto poder que son capaces de influenciar, de modo inevitable, en la vida de aquellos que las leen. El caso que acabo de mencionar tal vez sea algo drástico, pero eso no lo hace menos verídico. Del mismo modo que la obra de Goethe influenció en la juventud del siglo XVIII, la obra de J.K. Rowling lo ha hecho en generaciones del siglo XX y XXI.  

La literatura posee esa magia, ese poder. A veces se produce en una, dos, tres, quince o veinte personas, y otras veces lo hace en millones. En ocasiones de modo positivo y en otras de modo negativo,  lo que sí es irrefutable es la interacción entre el lector y su lectura. Los libros tienen un poder autónomo que solo el lector puede darle y en ocasiones es tan inmenso que puede llegar a cambiar el curso de la historia —si se le permite hacerlo—.

Estás inmersa en un proyecto de “Rimas” para tu próxima novela. ¿Qué nos puedes adelantar sobre este proyecto y cómo se integrará en tu nueva obra?

Se trata de un pequeño libro de rimas escrito por Allan E. Gottfried, titulado La Orquídea Azul. Son rimas muy emotivas, cargadas de sentimiento y gran belleza, que hablan sobre el amor, la pérdida, la esperanza y de los más profundos deseos. Algunas de estas rimas formarán parte de la vida de los protagonistas de mi siguiente proyecto literario y desempeñarán un papel muy importante dentro de su historia. 

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